Reconozco, que hace unos cuantos años no me gustaba nada esta inquietud, pues sólo leía por obligación para poder realizar las tareas oportunas que tenía que de hacer en el colegio. Pero poro a poco, a través de propaganda, críticas, comentarios de mis amigas y rumores decidí comprar mi primer libro por voluntad propia: Crepúsculo. La lectura de éste se me hizo muy amena y divertida; poco a poco me terminé la retahíla de libros que forman esta saga, y así sucesivamente me fui enganchando a todo tipo de novelas, ya no solo románticas sino también filosóficas y policíacas.
Y de este modo es, como, miles de adolescentes nos hemos ido enganchando poco a poco a la lectura, y dejándonos de dogmatismos que afirmaban lo aburrida que ésta podría llegar a ser. Como no, esta afición, en cierto modo te ayuda a cometer menos faltas de ortografía, a aumentar tu capacidad literaria para expresarte de mejor manera y también, a superar tu nivel de creatividad e imaginación. De vez en cuando, cuando he leído cierto libro que me ha gustado mucho, su historia me ha impactado hasta tal punto que me han marcado sentimentalmente, también me han enseñado algún “consejo” o alguna “experiencia” que a día de hoy puedo aplicarla, en mi vida y en mis relaciones sociales.
Estoy segura, de que todos tenemos media horita para dedicarle a la lectura: antes de irte a dormir, tomando el sol o sentado a la sombra, en el metro o en el autobús... Y desde aquí, os invito a que probéis esta experiencia, o si ya la tenéis en cuenta que sigáis con ella; porque la lectura te relaja, te enriquece como persona, y te desengancha un poco de la tecnlogía actual, a la que le dedicamos miles de horas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario